Soy Delfino Reyes, estudiante del segundo semestre de la licenciatura en Administración y Desarrollo Sustentable en el ISIA. Debido al COVID-19 hoy me encuentro trabajando en mi comunidad, Nativitas Coatlán, pueblo mixe de la región Istmo de Tehuantepec.
Los retos ante la pandemia son diversos, en mi caso apegarme a la educación virtual, uno de ellos es el acceso limitado a las tecnologías de comunicación, hay días que el internet es nulo y noches en las que espero descargar lecturas o un correo, sin embargo, los docentes entienden la situación y estamos avanzando.
Otro reto es la movilidad, mi comunidad, por acuerdo de asamblea restringió la llegada de paisanos radicados en el exterior, a los que no tuvieron opción y llegaron se les envió a cumplir la cuarentena en las rancherías del pueblo, debido a nuestro repentino regreso sobrecargamos los servicios básicos, como el agua y los servicios de salud.
Mi impresión de tristeza fue pasajera, al ver a los niños de la ciudad adaptarse al mundo rural, hoy es de alegría verlos sonreír, jugando en los cafetales, atrapando chicharras, nada comparado a un encierro en la ciudad. Por fortuna de la comunidad, el doctor Luis Victoriano, único médico en el pueblo, hizo las recomendaciones a
la población en nuestra lengua ayuuk, indicó los pasos a seguir para afrontar la pandemia sin entrar en pánico y miedo.
Con el avance de la pandemia se canceló la fiesta patronal, la conglomeración de personas solo se permitió para sofocar un devastador incendio en la ranchería el Cacao, que amenazaba los últimos refugios del mono araña.
La vida comunitaria no se vio invadida por el miedo y la desesperación, la gente esta trabajando en sus parcelas, en sus casas y en sus ranchos. La situación actual nos ha regresado a fortalecer nuestros saberes comunitarios herencia de nuestros abuelos, hoy estamos con la tierra preparada esperando las lluvias para sembrar maíz, estamos usando las plantas medicinales, antes que pararnos en un hospital.
El ISIA me a dicho que la educación que promueve el estado es para beneficio de las clases sociales altas, que el desarrollo promovido por el estado es para beneficio de los grandes corporativos y transnacionales. En cambio, me alienta a no ser individualista, a pensar en el buen vivir en colectivo, a vivir en armonía con los árboles que me dan aire, a no contaminar el agua, a cuidar a nuestra madre la tierra, hoy ante la situación de pandemia compruebo que nuestros saberes comunitarios nunca serán inferiores estas significan alimento, medicina y futuro.
A mis compañeros los saludos nos veremos pronto en el río Jaltepec, agradecimientos a mis docentes por su paciencia y esfuerzo.