<<Estando también en comunidad nos repensamos cada día, pensamos en protegernos, en trabajar, en subsistir y en florecer...>>
Mi nombre es Gabriel Ruíz Ramírez, estudiante del ISIA del segundo semestre de la licenciatura en Educación Intercultural, soy zapoteco, y nuestra lengua tiza geríiun me acompaña en esta casa Ayuuk, desde el comienzo, de la pandemia, no tuve dudas y regresé a casa sano y salvo, nunca pensé que a partir de entonces las cosas cambiarían. Estudiar una carrera siempre es un reto, pero lo es aún mayor a distancia desde contextos comunitarios. En ocasiones debemos estar al pendiente de dos aspectos: uno es la escuela y el otro la casa.
Estando en mi comunidad, Iyareni (Santa Ana Yareni), las cosas son distintas porque todos los días hay algo por hacer o salir al campo a trabajar, en estos días empieza la siembra de alimentos y posterior a ello, los trabajos para asegurar una gran cosecha, es todo un reto poder adaptarnos a tiempos y espacios que requieren un poco más de ánimos, el doble de dedicación, pues siento que nuestros ánimos disminuyeron con todo lo sucedido en el mundo y en nuestras comunidades.
Estando también en comunidad nos repensamos cada día, pensamos en protegernos, en trabajar, en subsistir y en florecer, algo que admiro estando en mi comunidad es la fuerza de voluntad que tenemos de seguir adelante, admiro el apoyo de la familia, de nuestra casa de estudios y la comunidad.
Tenemos que preparar nuestros terrenos para la siembra de nuestros alimentos e ir al campo por lo necesario. En este contexto tenemos mucho por hacer, como estudiantes debemos ponerle más empeño, afortunadamente la universidad nos respalda y los docentes crean actividades y trabajos flexibles pensados y repensados para que nosotros aprendamos lo fundamental, usamos los medios tecnológicos y las nuevas tecnologías para crear nuestros cursos, admito que no es lo mismo como en las aulas, cuando trabajábamos en equipo con nuestros colegas y amigos, compartiendo con los docentes, pero debemos enfrentar este tiempo desde nuestras comunidades, reflejando valores adquiridos y apoyándonos en la familia, haciendo trueque o tequio en comunidad.
No permitamos la indiferencia entre nosotros. Tal vez llegue el día en que podamos trabajar como lo hacíamos y volver a nuestra casa a compartir los retos que muchos enfrentamos con este confinamiento.
Saludos a la distancia.